viernes, 15 de mayo de 2009

Cazuela de pollo

Cazuela de pollo

Comprar:

1 pechuga de pollo por comensal (la receta será para dos comensales).
1 ramo de verduritas (se pide así en la verdulería, donde juntaran parte de apio, puerro, perejil, hinojo, etc.).
1 rodaja de jamón cocido de 150 grs.
1 lata de arvejas.
1 pote de crema de leche de 200 grs.
100 grs.de queso gruyere rallado.

Tiempo de cocción cuarenta minutos

Preparación:

Este plato debe preparar con anticipación, me refiero a las pechugas, que deben hervirse en una olla con bastante agua y el ramito de verduras. Esto dura un poco menos de una hora, pero, al dejarlas enfriar en esa agua, toman el sabor de las verduras. Se las hierve hasta que estén blancas y tiernas (fácil, se las pincha con un tenedor, y entra sin resistencia). Las pechugas así preparadas pueden, inclusive, ser cocinadas de un día para otro, guardándolas en la heladera, ya fuera del agua. Al decidirse a preparar la comida, encender el horno, para que se vaya calentando, retirar del agua las pechugas, mientras se las corta en cubitos, y lo mismo se hace con la rodaja de jamón. En una sartén se coloca un poco (dos o tres cucharadas soperas) de aceite de maíz o de girasol y un trozo pequeño de manteca (menos de 25 grs. lo que entre en una cuchara sopera), o un chorrito de aceite de oliva. Allí se saltean los cubitos, no es necesario dorarlos, esto tomará unos cinco a diez minutos, dependiendo de lo alto de la llama. Se aprovecha a ir destapando las latas de arvejas y la crema, y a rallar el queso gruyere. Las cazuelitas se llenan con los cubitos, arriba se colocan las arvejas y luego la crema. A la crema le la puede condimentar antes con un toque muy pequeño de sal, ya que el jamón aporta la suya, y algo de pimienta negra recién molida. Así armadas las cazuelitas, se les echa encima el queso rallado y se las coloca en el horno, el tiempo necesario para que se gratine, y están listas para llevarlas a la mesa.

Este plato se puede acompañar con un vino tinto, denso, como este plato, uno de los de mayor escala de cuerpo y concentración, como lo son el Cabernet Sauvignon, o el Malbec en roble. Si no evaluáramos tan denso a este plato, irían bien unos vinos que acompañan bien a los platos con aves, como un Tempranillo, un rico Syrah, o un Merlot. Aunque, como ya se ha dicho, va en gusto, y puede uno tomarse una licencia y degustar su preferencia, sin remordimientos.

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